«Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme y yo lo los escucharé”
Es cierto, lo que dice esta Palabra, muy cierto. Dios nos escucha, siempre lo hace. No hay nada que ÉL no pueda hacer, nada.
Si le buscamos, hallamos; si le invocamos, ÉL responde; incluso en medio de la batalla, ÉL siempre nos escucha.
ÉL escucha cuando le alabamos y le cantamos y le adoramos.
ÉL escucha cuando le oramos y le pedimos de su ayuda sobrenatural, cuando le pedimos que supla nuestras necesidades, cuando le pedimos sanidad y cuando le pedimos que nos libre de toda carga.
Y hoy tenemos la oportunidad. Hoy tenemos tiempo para alabarle, adorarle, cantarle y para orarle.
Hoy tenemos el tiempo suficiente para hablar con ÉL y decirle lo que nos preocupa, lo que nos asusta. No malgastemos ese tiempo de intimidad con ÉL.
A Dios le gusta que le hablemos y le alabemos. Hoy es el día para darle todo la gloria y honra que solo ÉL se merece.
Dios los bendiga grandemente.
Recibe gratis en tu e-mail las reflexiones de El Principio.