¡El Señor me cuida!

>
Salmos 3:5 (NTV)

“Me acosté y dormí, pero me desperté a salvo, porque el SEÑOR me cuidaba.”

Salmos 42:8 (NTV)
“Pero cada día el SEÑOR derrama su amor inagotable sobre mí, y todas las noches entono sus cánticos y oro a Dios, quien me da vida.”

Siempre hay que estar agradecidos con el Señor. Se nos hace tan normal el despertarnos día a día, que no nos detenemos un momento a mirar a través de la ventana y ver que este día el Señor lo hizo especialmente para nosotros.

Cuántas veces le damos gracias a Dios por el aire que respiramos, cuántas veces le damos a gracias a Dios por el sol que sale cada día, cuántas veces le damos a gracias a Dios por el canto de los pájaros, cuántas veces le damos a gracias a Dios porque nuestro cuerpo puede sentir frío o calor, cuántas veces le damos a gracias a Dios porque estamos vivos.

Por un momento hagamos a un lado la adversidad que nos aqueja, sea cual sea, y de demos gracias al Señor nuestro Dios porque por su misericordia que es nueva cada día seguimos en este mundo, pidamos al Señor nos guíe cada día, pidamos al Señor nos haga personas agradables a ÉL.

Tal vez algunos diremos que no tenemos de que estar agradecidos, dadas las situaciones por las que pasamos o estamos pasando, pero no podemos olvidar que todo pasa por algo y Dios nos dice en su Palabra que para quienes le amamos a ÉL, todo, absolutamente todo nos acontece para bien, aunque en ocasiones no lo entendamos, si el Señor lo dice, así será.

Alabemos a nuestro Padre Eterno!!! Demos gloria y honra a nuestro Dios!!!

Imaginemos lo que siente nuestro Padre Celestial al recibir tales palabras de amor. Cómo nos sentimos los que somos papá o mamá cuando  nuestros hijos nos dicen mamita o papito lindo?  De igual manera nuestro Papito Dios también se goza con nuestras muestras de amor y alabanzas a ÉL.

“¡Que todo lo que respira cante alabanzas al SEÑOR! ¡Alabado sea el SEÑOR!” (Salmos 150:6 NTV)

Todos hemos sido creados con el propósito de alabarle a Dios.  Cuando nos llame a su presencia vamos a estar alabándole por la eternidad.

Derramemos nuestro corazón delante de ÉL. Este el día que hizo el Señor.  Su Espíritu Santo esta en medio de nosotros.

Hoy es día de alabar a Dios.

Recibe gratis en tu e-mail las reflexiones de El Principio.