Salmos 117:1-2 (NTV)
“Alaben al SEÑOR, todas ustedes, las naciones.
Todos los pueblos de la tierra, alábenlo.
Pues nos ama con amor inagotable;
la fidelidad del SEÑOR permanece para siempre.
¡Alabado sea el SEÑOR!”
Si vamos a nuestra Biblia nos percataremos que este Salmo únicamente tiene dos versículos.
El primero, contiene un llamamiento a todas las naciones para alabar a Dios; y el segundo, dos cualidades únicas en nuestro Dios que lo hace merecedor de nuestra alabanza: Su amor inagotable y Su fidelidad.
Es importante para todos nosotros saber que, como iglesia y comunidad formada por medio del evangelio, tenemos el propósito final de glorificar a Dios. Así es, la salvación que Cristo ha traído a nosotros conlleva el propósito final de alabar a Dios por la eternidad.
Alabar constituye un acto de declaración de alabanza a Dios, el cual espera de nosotros el compromiso de ir y proclamar el evangelio de una manera que honre a Dios, merecedor único de nuestra alabanza.
Vivamos el evangelio como creyentes con la experiencia de una comunión real dentro de la iglesia de Jesucristo; Vivamos el evangelio como creyentes para ser ejemplo para el mundo de lo que significa ser una comunidad bajo la grandeza y señorío de Jesucristo; Vivamos el evangelio como creyentes para exaltar las excelencias de Dios a través de la alabanza de Su pueblo.
Hoy es el día del Señor nuestro Dios, vayamos con gozo a alabarle!!!
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