Felices y confiados en Dios.

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Salmo 37:3-4 (NVI)
“Confía en el SEÑOR y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. Deléitate en el SEÑOR, y él te concederá los deseos de tu corazón.”

Uno de los grandes problemas y de las grandes luchas que siempre tendrán los jóvenes, es que no saben esperar. El joven se deja llenar de ansiedad muy fácilmente porque siempre quiere las cosas ya y le es muy difícil desarrollar la paciencia.

Los jóvenes deben tener en cuenta que lo más importante es depositar su confianza en Dios. Cuando la confianza está depositada en Dios, ya no dependen de las circunstancias. Cuando empiezan a depender enteramente de Dios, ÉL siempre los hará esperar y no porque sea capricho o lentitud de Dios, sino porque ÉL quiere que aprendamos a escucharlo.

Cada vez que quieras algo y estés desesperado recuerda algo: Tienes un Papá que lo creó todo y el sabe el momento adecuado en el que te debe llegar a Ti.

Muchos hombres de la Biblia tardaron en recibir su recompensa, pero al final siempre llegó: Abraham recibió la promesa de su hijo veinte años después de la promesa; José recibió lo que soñó muchos años después de sus sueños; el pueblo de Israel conquistó la tierra prometida cuarenta años después de lo prometido; y así mismo fue con Gedeón, David y hasta con el mismo Jesús, quien tuvo que esperar treinta años para iniciar su Ministerio.

Dios tiene cada etapa de nuestras vidas controlada, desde la niñez hasta la vejez y no debes apresurarte a vivir las etapas de tu vida anticipadamente. Recuerda que Filipenses 4:6 dice “Por nada estéis afanados, sino sean conocidas sus peticiones delante de Dios”.

Siempre que un joven se aparta del camino de Dios, es porque no sabe esperar; porque quiere tenerlo todo ya, pero como no lo tiene, deja de confiar en Dios; pero aquí cabe hacerse algunas preguntas:

¿De qué sirve ganarlo y tenerlo todo, si se pierde tu alma?

¿De qué te sirve tener mucho dinero, si para hacerlo debes hacer cosas incorrectas que al final te roban la salvación?

¿De qué te sirve tener un rato de placer con una mujer, si a la larga eso atrae maldición a tu vida?

¿De qué te sirve estar constantemente en fiestas tomando, fumando y desvelándote, si a la larga eso te dejará vacío?

Mi querido Joven Tú no puedes moverte por lo que el mundo te ofrece, tu no puedes creerle a lo que te ofrece el mundo; la felicidad que ves en los jóvenes en la televisión teniendo relaciones sexuales con la novia es ficticia, es temporal, es equivocada. Esa no es la verdadera felicidad.

No te dejes confundir por lo que ofrece el mundo, porque el enemigo, aquel que solo vino a hurtar, matar y destruir, no actúa tan descaradamente. Por el contrario, se muestra de la manera más sutil, apetecible y agradable a la vista y oídos de ustedes. Por ello debemos ser sabios para poder discernir tales engaños y maquinaciones.

Es por ello que la Palabra quiere llevarlos a confiar en Dios nuestro Señor, los quiere llevar a mantenerse fieles en el Señor, los quiere llevar a deleitarse en el Señor. ¿Para qué? Para que nuestro poderoso Dios les conceda los deseos de su corazón en su tiempo correcto.

Dios les bendiga grandemente

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