Creando ídolos (Cuarta Parte)

>

Salmos 115:1-4 (NTV)

“No a nosotros, oh SEÑOR, no a nosotros sino a tu nombre le corresponde toda la gloria, por tu amor inagotable y tu fidelidad.
¿Por qué dejar que las naciones digan: «Dónde está el Dios de Israel»?
Nuestro Dios está en los cielos y hace lo que le place.  Los ídolos de ellos no son más que objetos de plata y oro; manos humanas les dieron forma.”

Después de lo que hemos venido aprendiendo los últimos tres días, preguntémonos: ¿Tendríamos el valor de ver cara a cara a Jesús después de todo lo que hemos dicho o hecho con respecto a nuestra idolatría?  Yo creo que no.

Yo no quiero que cada vez que Dios me permita hablar o escribir de ÉL, me ponga a platicarles una y otra vez de las grandes cosas que Dios ha hecho en mi vida y la de mi familia, y no por restarle importancia a ÉL, claro que no, sino porque ese ES EL TESTIMONIO DE DIOS, no el mío.

Lo importante es nuestro testimonio.  ¿Qué hemos hecho nosotros para Dios para que nuestras obras impacten la vida de otras personas y estas le entreguen su vida a Cristo?  El día que ello suceda, entonces si podremos hablar de un testimonio nuestro, de nuestro testimonio.

Lo que Dios quiere es que escudriñemos nuestro corazón y veamos si hemos sido testimonio de hijos de dios frente a los demás.

Dios me ha mostrado que “LLEVAR EL EVANGELIO DE CRISTO” no es estar detrás de un púlpito, sino hacerlo a través de nuestro TESTIMONIO COMO HIJOS DE DIOS, sin necesidad de utilizar palabras, inclusive.    No obstante ello, no puedo negar que mi mayor anhelo es que Dios me permita hacerlo todos los días de mi vida, como hoy, a través de una computadora.

NO ES UN PROBLEMA DE UNCIÓN NI DE CONOCIMIENTO DE LA PALABRA DE DIOS, ni se trata de estar en tal o cual denominación. Para nada.  Dios no es una denominación. Jesucristo no es exclusivo de una congregación en particular.

¿CÓMO EVITAR LA IDOLATRÍA?

• Alimentándonos de la Palabra. Debemos leer, leer y leer la Palabra de Dios. Debemos orar a Dios pidiéndole nos ponga delante del espejo de su Palabra.  Al adentrarnos en su Palabra viene invariablemente la Revelación de Jesús a nuestra vida y es cuando su precios gracia nos transforma.

• Escudriñando nuestro corazón. Debemos orar a Dios pidiéndole escudriñe nuestro corazón y nos revele aquello que nos está robando su atención y que seguramente no hemos detectado.

• Siendo humildes. Debemos tener el valor y humildad para reconocer en lo que estamos mal.  No hay espejo más claro y verdadero que la Palabra de Dios.  Entonces creamos y aceptemos que lo que nos está revelando el Señor es realmente lo que no le gusta a ÉL de nosotros; reconozcámoslo con humildad.

• Por Gracia. Cuando nos alimentamos de la Palabra de Dios, viene a nosotros la Revelación más sublime y poderosa, LA DE JESÚS, y es entonces cuando delante de ÉL, en una humildad y quebrantamiento plenos, pedimos a JESÚS derrame de su bendita gracia en nuestras vidas, lo que indudablemente nos alejará de toda distracción y nos permitirá de manera sobrenatural dejar atrás todo engaño del enemigo.

NO PODEMOS COMPARTIR O DESVIAR NUESTRO CORAZÓN, PENSAMIENTO Y FUERZAS en nada ni en nadie (INCLUSIVE NI EN NOSOTROS MISMOS) que no sea Dios nuestro Señor, porque como hijos de Dios estamos obligados a obedecer la palabra dada por Jesús en Marcos 12:29-30

“Acercándose uno de los escribas,  que los había oído disputar,  y sabía que les había respondido bien,  le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel;  el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.  Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.”

Es un MANDATO NO UNA SUGERENCIA.  Para quienes nos ostentamos como hijos de Dios, no es opcional.

NO PODEMOS darnos el lujo de PERDER LAS BENDICIONES QUE DIOS TIENE preparadas PARA NOSOTROS.

NO PODEMOS OFENDER A DIOS DESVIANDO NUESTRO CORAZÓN, alma, pensamiento y fuerzas EN ÍDOLOS MATERIALES O HUMANOS.

EL NO DARLE A DIOS TODA LA HONRA Y TODO EL HONOR nos hace ser DESAGRADECIDOS con ÉL.

Al ser desagradecidos con Dios entonces DUDAMOS DE QUE ÉL TIENE EL CONTROL DE LAS COSAS y, en consecuencia, DUDAMOS DE SU BONDAD para con nosotros, EMPEZANDO A CUESTIONAR LO MALO que nos sucede.

En esa virtud, DEBEMOS ENFOCAR NUESTRAS VIDAS TOTALMENTE EN EL SEÑOR NUESTRO DIOS, PERMITIENDO QUE ÉL TOME EL CONTROL de nuestro ser y de todo lo que nos rodea, familia, sueños, problemas, bienes, etc.

NO PODEMOS DEJAR QUE NUESTROS SENTIMIENTOS NOS HAGAN PERDER DE VISTA A DIOS, por causa de una tercera persona o por una cosa o por nosotros mismos, inclusive.

EL ENEMIGO NOS ENGAÑA de una MANERA TAN SUTIL para robarnos las promesas de Dios, SOBRE TODO, CUANDO HAY DE POR MEDIO UN SENTIMIENTO O AFECTO.

DEBEMOS SER OBEDIENTES a lo que nos dice la Palabra en Marcos 12 vista con anterioridad, respecto del PRIMERO Y MÁS GRANDE DE LOS MANDAMIENTOS.

DÉMOSLE A NUESTROS SEÑOR LA GLORIA Y HONRA respecto de todo lo que nos pasa, PONGÁMOSLE A ÉL POR SOBRE TODAS LAS COSAS Y PERSONAS.

COMAMOS DE LA PALABRA DE DIOS, y a través de la REVELACIÓN DE JESÚS, en humildad, llenémonos de su BENDITA GRACIA para reencontrarnos con DIOS NUESTRO SEÑOR.

SI EL ES UN DIOS DE ABSOLUTOS donde no hay puntos medios ni aproximados, ENTONCES SEAMOS HIJOS DE ABSOLUTOS, sin corazones compartidos, sin pensamientos compartidos y sin fuerzas compartidas, esto es:

QUE TODA NUESTRA VIDA SEA PARA DIOS.

Amén.

Recibe gratis en tu e-mail las reflexiones de El Principio.