Hoy es el día de ir a la casa de Dios y cada vez que vayamos a su presencia debemos ir con acción de gracias. Dios debe ser alabado sin más ni más, no hay pretexto ni se requiere circunstancia propicia para hacerlo, solo hace falta un corazón dispuesto y humilde.
El Señor Jesús es el Hijo de. ÉL es grande, ÉL es bendito por siempre. A ÉL se ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra. ÉL es nuestro Dios y debemos alabarlo. ÉL es nuestro Salvador y autor de nuestra bendición. La iglesia es su rebaño. Cristo es el buen pastor de las ovejas; ÉL las busca cuando están perdidas y las trae a su redil.
Cristo convoca hoy a su pueblo. Vayamos con gozo a alabar a nuestro Maestro, a nuestro Señor y Salvador.
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