2 Pedro 1: 3-8 (RV60)
“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.”
En la primera parte de nuestro estudio mencionábamos que la fe es suficiente para alcanzar la salvación y las promesas, y de lo cual no hay duda.
Hablábamos de que si queremos realmente agradar a Dios necesitamos tener fe. Pero también dejamos en claro que se necesita algo más.
SI ADEMÁS DE FE QUEREMOS QUE HAYA EN NOSOTROS ESE DIVINO PODER QUE TRAE EL CONOCIMIENTO DE CRISTO Y GOZAR DE LA NATURALEZA DIVINA, entonces debemos tener algo más, entonces debemos HACER ALGO MAS.
Tenemos la fuerza de Dios que nos fortalece, para tomar todo lo que nos pertenece. La manera de tomar lo que nos pertenece es conocer y andar en la Palabra de Dios. La moralidad o inmoralidad no depende de Dios sino de nosotros, concupiscencia son deseos ardientes y estos tienen que ver con el carácter de cada uno de nosotros. DEBEMOS HACER ALGO MÁS que simplemente creer en Dios, hay que caminar una senda diferente.
La Palabra nos habla de poner toda diligencia, lo cual quiere decir: poner cuidado, prontitud, agilidad y eficiencia con lo que se lleva a cabo. ¿Diligencia en que?
EN AÑADIR A LA FE VIRTUD. Cuando dice que añadamos, quiere decir que ya no depende de Dios, esto lo tenemos que hacer nosotros, y cuando habla de VIRTUD, no habla de algo que tenga que ver con habilidades naturales, sino de carácter, ya que ello significa excelencia moral, quiere decir a la fe añádele Excelencia Moral; la moralidad depende del carácter, cada paso que damos y cosa que confrontamos, nos enfrenta con principios morales.
Cuando somos confrontados ¿Cómo actúa nuestro cerebro? Si tenemos la ocasión de pecar o hacer algo inadecuado, ¿Qué decidimos?
La única manera de tener un cerebro inmune a lo malo es precisamente tener nuestra mente limpia. Si tenemos fe y podemos decir NO, eso demuestra moralidad, uno decide lo que quiere ver o no, debemos AÑADIR A LA FE VIRTUD, uno tiene que mantener limpia la mente cuando Dios ya la ha limpiado, no debemos permitir que el diablo ensucie nuestra mente, ahora depende de nosotros, Dios dará la victoria sobre el enemigo, pero no será así, si estamos jugando en el campo del enemigo.
“…ni deis lugar al diablo. El que robaba, no robe más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4: 26-32 RV60)
AÑADIR A LA VIRTUD, CONOCIMIENTO. El conocimiento se obtiene al estudiar la Palabra de Dios, el conocimiento toma tiempo y requiere dedicación. Cuando conocemos la Palabra de Dios el caminar será seguro, nada nos sorprenderá porque tenemos la Palabra de Dios en nuestra mente.
“Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino”. (Salmos 119:105 RV60)
¿Qué piensa Cristo? ¿Cuáles son Sus propósitos? Conocimiento no es solamente conocimiento intelectual, sino la experiencia de estar buscando a Dios cara a cara, llevándole todas nuestras cargas y entendiendo su corazón. Un versículo dice: “Mi pueblo se pierde por falta de conocimiento…” Es importante conocer los planes de Dios, muchas veces no estamos siendo de utilidad en el reino de los cielos por no conocer a Dios ni su Palabra, y ÉL quiere que demos fruto y seamos de bendición para otros. El fruto que damos en nuestra vida está relacionado con el conocimiento de Cristo.
“Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33: 3 RV60)
AÑADIR AL CONOCIMIENTO, DOMINIO PROPIO. Si nos basamos en 2 Timoteo 1:7 donde nos dice la Palabra que Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio; entonces podremos ver que esto ya nos fue dado, nosotros dominamos nuestros pensamientos, sentimientos y emociones. ¿Estamos usando el dominio propio? Debemos tomarlo y aplicarlo en nuestra vida. Cuando tenemos una tentación, tenemos dominio sobre cada circunstancia, nosotros vencemos aún en medio del infierno.
Dominio propio quiere decir también: Facultad de dominar nuestros propios deseos y reacciones. ¿Por qué dominio propio? Porque el conocimiento nos puede envanecer, al tener dominio propio las provocaciones no me dominan, tengo dominio sobre mi propia vida. Es dominarse a si mismo, no dominar a otros. El carácter no se forma por una mano que lo acaricia, sino como una piedra áspera que nos forma. No debemos perder el control de las cosas.
Continuará…
Dios les bendiga grandemente.
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