¡Un Dios de victorias!

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Mateo 17: 14-21 (RV60)
“Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo: Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.
Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar. Respondiendo Jesús, dijo:
¡Oh, generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuando he de estar con vosotros? ¿Hasta cuando os he de soportar? Traédmelo acá.
Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. Vinieron entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
Pero éste género no sale sino con oración y ayuno.”

Quisiera compartirles qué es la fe. La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. En otras palabras, la fe es creer en algo que no podemos ver o es algo que esperamos va a pasar. En la vida de un cristiano la fe no es solamente creer en lo que Dios puede hacer, sino también creer de manera especial en que ÉL es Dios y que ÉL es ayer, hoy y por los siglos.

El pasaje habla sobre que Jesús estaba con mucha gente y llegó un hombre pidiendo misericordia para su hijo (quien tenía un demonio dentro de él) y que lo sanara. Luego le dijo que le pidió ayuda a sus discípulos para que sacasen a ese demonio del cuerpo del niño pero no pudieron y Jesús les contestó diciéndoles “generación incrédula y perversa”.

Jesús sacó al demonio y los discípulos le preguntaron por qué ellos no pudieron sacar al demonio, y ÉL les contestó diciendo “Por vuestra poca fe”. Volviendo a lo que comentaba en el principio, la fe es la “certeza de lo que se espera”. Cuando los discípulos estaban reprendiendo al demonio, no tuvieron la suficiente fe como para creer en que el niño se iba a sanar, lo que ocasionó que no pudieran sacar al demonio.

En Efesios 6:16 la Biblia nos dice que la fe es también un escudo y que con ella podremos apagar todos los dardos de fuego del maligno. ¿Qué se refiere con dardos de fuego? Se refiere a los ataques del enemigo, tales como depresión, tristeza, vergüenza, preocupación, furia, orgullo, etc. Cuando tienes fe y la pones como escudo en tu vida, todo eso se desvanece y esquivas cualquier ataque, ya que tienes fe en que el Señor tiene todo bajo control y que el ÉL se hará cargo de todo no importa la situación.

En este pasaje, habla de que si tuviéramos la fe de un grano de mostaza le podríamos decir a una montaña que se moviera a tal lugar y nos obedecería. Cuando leía ese pasaje, lo primero que se me venía a la mente era preguntarme si de verdad podríamos mover las montañas.

A primera vista suena un poco loco pensar en que podríamos mover montañas con tan solo decirles, pero lo que en verdad trata de decir la Palabra es que todos los problemas, tribulaciones, todos los dardos de fuego del enemigo, por más grandes que parezcan, si tenemos FE y creemos en que Dios tiene TODO, repito, TODO el control de nuestra vida, la situación da un giro de 180º y la montaña que antes era un obstáculo en nuestra vida, se convierte en una victoria más y la montaña queda atrás de nosotros.

Si tenemos FE en que ÉL es Dios y que es un Dios Todopoderoso y que no importa montaña, ejercito, tribulación o problema que se nos ponga en frente, podremos vencer CUALQUIER cosa, repito, CUALQUIER cosa. No importa si el mundo va en contra nuestra, porque ya tenemos asegurada la victoria que Dios nos ha dado el momento que su Hijo murió en la cruz por nosotros.

Si tenemos FE, NADA ES IMPOSIBLE. Lo que Dios hizo antes, lo puede hacer hoy y siempre. Si Jesús le dio la vista a un ciego, lo puede hacer hoy; si sanó a un paralítico, también lo puede hacer hoy. NO HAY NADA QUE DIOS NO PUEDA HACER.

Ahora, si tuviéramos que relacionar la fe con algo visible, podría ser como un vehículo . Un vehículo nos lleva de un lugar a otro. Así opera la fe, pues es la fe la que nos lleva hacia la gracia y el favor de Dios. En los caminos de Dios, muchas cosas nos podrían desviar, y es por eso que tenemos que mantener nuestra fe firme, segura y cuidada, tal y como se hace al conducir un vehículo.

Tenemos que dejar que Dios tome el control de nuestra vida y que ÉL empiece a llevar a cabo su obra en nosotros. Tenemos que poner toda nuestra confianza en Dios y tener FE en que si ÉL está con nosotros, NADA ES IMPOSIBLE.

Dios los Bendiga.

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