La corona de la vida.

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Santiago 1:12 (NTV)

“Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman.”

Dios es maravillosamente bueno. Muchas veces cuando pasamos por tribulaciones nuestra primera y normal reacción es preguntar a Dios el por qué de esa situación, el por qué a nosotros. Entonces viene esta otra pregunta: ¿Y por qué no?

La Palabra nos dice que todos pasaremos por pruebas. La diferencia la hacemos quienes tenemos al Señor Jesucristo en nuestro corazón.

“A la larga, a todos les espera el mismo destino, sean justos o malvados, buenos o malos, religiosos o no religiosos, estén o no ceremonialmente puros. Las personas buenas reciben el mismo trato que los pecadores, y las personas que hacen promesas a Dios reciben el mismo trato que los que no las hacen.” (Eclesiastés 9:2 NTV)

Qué pasa cuando nos reunimos con amistades y nuestra platica se centra en Dios.  Es inevitablemente hablar y dar testimonio de las experiencias y situaciones vividas, entonces nuestro corazón se encuentra con sentimientos encontrados, de tristeza recordando lo vivido, pero a la vez de gozo por ver el lugar del que fuimos rescatados, pero si nos ponemos a reflexionar, al hacer memoria, nos daremos cuenta del cambio que hubo en nosotros; esto es, cada situación vivida nos hizo madurar; entonces podemos ver el antes y después de nosotros cuando atravesamos por dicha situación.

Nos damos cuenta que si ahora somos fuertes, es porque en algún momento fuimos débiles, si ahora estamos atentos es porque en algún momento nos traicionaron, si ahora reímos es porque antes lloramos.

“También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación.” (Romanos 5:3-4 NTV)

Así es, las situaciones nos hacen crecer y madurar, así como cuando estamos enseñando a caminar o andar en bicicleta a nuestros hijos, en un principio se caen y se lastiman, pero después se hacen expertos y hasta cierto punto inmunes a las caídas.

“Nos alegramos de parecer débiles si esto ayuda a mostrar que ustedes en realidad son fuertes. Nuestra oración es que lleguen a ser maduros.” (2 Corintios 13:9 NTV)

Si nos enfocamos en la pregunta ¿Para qué a mi?   Claro está que vamos a recibir una enseñanza de bendición, porque como dice la Palabra de Dios todo nos acontece para bien, entonces veremos la victoria al final de lo aprendido.

Pero si nos quedamos en el ¿Por qué yo? ¿Por qué siempre a mi?  Entonces saldremos deprimidos, amargados y frustrados, o tal vez nunca salgamos de ello. Pero si tomamos con fe la Palabra evidentemente veremos la gloria de Dios, veremos que el Señor nos lleva de gloria en gloria y de victoria en victoria.

“La futura gloria de este templo será mayor que su pasada gloria —dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales— y en este lugar, traeré paz. ¡Yo, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, he hablado!».” (Hageo 2:9 NTV)

Por eso dice la Palabra que la Fe produce paciencia y la paciencia esperanza.

Entonces primero crecemos en lo espiritual y después en lo natural.

“Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades! Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre.” (2 Corintios 4:17-18 NTV)

Es parecido al vaso con agua, si esta medio lleno o medio vacío, todo depende de la forma en que lo veamos. O lo vemos medio lleno de problemas y nos ahogamos en ellos,  o bien, lo vemos medio vacío –de acuerdo a la manera de Dios– y nos gozamos por la victoria de Dios en nuestra vida

Recordemos que Dios nos lleva de gloria en gloria y de victoria en victoria, no nos acostumbremos a la mala vida. Mañana Dios tiene algo mejor para nosotros.

Dios les bendiga abundantemente.

Erika.

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