Genuina libertad

>

2 Corintios 3:16-18 (NTV)
“En cambio, cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen.”

Efectivamente cuando venimos a Cristo nos es quitado el velo que no nos permitía ver la grandeza de Dios, el velo del pecado que no nos permitía ver lo que hacíamos mal.

Desafortunadamente esto no es exclusivo de aquellos que no conocen del Señor, también a nosotros los que nos decimos «Cristianos» podemos tener un velo sin darnos cuenta, y es un velo que no nos permite parecernos a Jesús y nos hagan ser la principal causa de que muchos no crean y se acerquen a Dios, por el mal testimonio que damos; es triste pero es verdad.

Debemos ir al Señor cada día, para que el Espíritu Santo nos haga libres y nos limpie y así poder ver y reflejar lo que Dios es, debemos entender que para acercar a las personas a Cristo se necesita más nuestras buen testimonio, que nuestras muchas palabras.

“Mi vida es un ejemplo para muchos, porque tú has sido mi fuerza y protección.” (Salmos 71:7 NTV)

“Pero ustedes deben tener cuidado de que su libertad no haga tropezar a los que tienen una conciencia más débil.” (1 Corintios 8:9 NTV)

Muchos que creemos conocer de Dios, al momento de hacer algo incorrecto nos justificamos con la famosa frase de “nadie es perfecto solo Cristo”, pero Dios nos dice en su Palabra que seamos intachables y perfectos Qué difícil, si. Pero no imposible para Dios!!!

“Sin embargo, tú debes ser intachable delante del SEÑOR tu Dios.” (Deuteronomio 18:13 NTV)

“Pero tú debes ser perfecto, así como tu Padre en el cielo es perfecto.” (Mateo 5:48 NTV)

Buscando el significado de perfecto, nos dice de aquel que tiene el mayor grado posible de bondad o excelencia.

Entonces ser perfecto como Dios, significa ser bondadoso, ser excelente en todo lo que somos y hagamos, y para ello se requiere de la ayuda del Espíritu Santo.

“Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.” (Romanos 8:26 NTV)

Todo aquello que no podemos cambiar de nosotros, que es causa de tropiezo para otros, puede ser quitado o cambiado por el poder de Dios. Solo ÉL nos puede hacer libres de todo velo, para poder ver y entender en lo que estamos mal y así darnos la libertad que necesitamos como hijos de Dios.

“Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres.” (Juan 8:36 NTV)

Dios les bendiga grandemente.

Recibe gratis en tu e-mail las reflexiones de El Principio.