Edifiquemos nuestra vida en Dios nuestro Señor.

>

Salmos 19:7-8 (NTV)
“Las enseñanzas del SEÑOR son perfectas, reavivan el alma. Los decretos del SEÑOR son confiables, hacen sabio al sencillo. Los mandamientos del SEÑOR son rectos, traen alegría al corazón. Los mandatos del SEÑOR son claros, dan buena percepción para vivir. La reverencia al SEÑOR es pura, permanece para siempre.”

La palabra de Dios es viva, es el manual que nos dejó Dios nuestro Señor para construir nuestra vida.

La Palabra de hoy nos dice que las enseñanzas de Dios son perfectas. Claro que son perfectas!!! Nos dice que Sus decretos son totalmente confiables y sin error alguno, son exactos y sin variación, y solo aquellos que creemos en Jesucristo podemos ser testigos de esa verdad y perfección, porque cuando nos alimentamos de la Palabra, nuestra alma, nuestra mente y nuestro corazón tienen una asombrosa transformación.

“Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia.” (Santiago 1:25 NTV)

“¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos!” (Isaías 26:3 NTV)

También nos habla de sus decretos y decreto significa una decisión tomada por una autoridad. La Palabra nos dice que los decretos de Dios son confiables.

En la Palabra de Dios están establecidos cada uno de los decretos que ÉL ha dado para bendición de nosotros. Al hacer nuestros tales decretos al escudriñar la Palabra, nuestro entendimiento es abierto y entonces viene a nosotros la sabiduría de Dios y, en consecuencia, nuestras decisiones traerán bendición a nuestra vida.

“Enséñales los decretos de Dios; transmíteles sus instrucciones; muéstrales cómo comportarse en la vida.” (Éxodo 18:20 NTV)

Pero nos habla también de mandamientos, nos dice que estos mandamientos son rectos y nos dan alegría. Un mandamiento es una orden, un mandamiento implica obediencia y dice la Palabra que la obediencia trae bendición, entonces si recibimos bendición pues nuestro corazón se goza.

Realmente necesitamos pedirle a Dios nos de un espíritu de obediencia, muchos batallamos con este tema, si en lo natural nos cuesta obedecer a alguna autoridad, así también nos va a costar obedecer en lo espiritual a Dios. Es más, debemos de entender que si queremos que nos vaya bien debemos obedecer cada mandamiento dado por Dios.

“Nos has ordenado que cumplamos cuidadosamente tus mandamientos.” (Salmos 119:4 NTV)

Después nos dice la Palabra acerca de los mandatos de Dios. Un mandato nos habla de un encargo, entonces en la Palabra podemos ver una infinidad de encargos de parte de Dios.

“Apártate del mal y haz el bien. Busca la paz y esfuérzate por mantenerla.” (1 Pedro 3:11 NTV)

Por ultimo vemos que la reverencia a Dios es pura. Cuando la Palabra de Dios ha dado vida a nuestra alma, cuando sus decretos nos han hecho sabios, cuando obedecer los mandamientos de Dios nos han dado gozo y cuando hemos seguido sus consejos y nuestra vida va de victoria en victoria, entonces lo único que nos queda por hacer es postrarnos agradecidos delante del Señor con admiración y respeto, en una reverencia y rendición a los pies de Su Hijo Jesús.

“Ya que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos y agrademos a Dios adorándolo con santo temor y reverencia,” (Hebreos 12:28 NTV)

Demos gracias al Señor nuestro Dios, porque todo lo que viene de ÉL es para edificación y bendición de nuestras vidas, porque Dios es perfecto, porque Dios todo lo sabe, porque Dios es eterno.

Dios les bendiga abundantemente.

Recibe gratis en tu e-mail las reflexiones de El Principio.