“»Así que, ¿por qué siguen llamándome “¡Señor, Señor!” cuando no hacen lo que digo? Les mostraré cómo es cuando una persona viene a mí, escucha mi enseñanza y después la sigue. Es como una persona que, para construir una casa, cava hondo y echa los cimientos sobre roca sólida. Cuando suben las aguas de la inundación y golpean contra esa casa, esta queda intacta porque está bien construida. Pero el que oye y no obedece es como una persona que construye una casa sin cimientos. Cuando las aguas de la inundación azoten esa casa, se derrumbará en un montón de escombros».”
Como seguidores de Jesucristo estamos conminados a hacer lo que Él quiere que hagamos, pues al ser obedientes a ÉL estamos realmente haciéndolo el Señor de nuestra vida. De nada sirve ir cada domingo a la iglesia y cargar con nuestra Biblia para todos lados si nuestra conducta no refleja al Señor de nuestra vida.
En esta Palabra existen tres verdades importantes que nos ayudarán de manera clara y sencilla para hacer de Jesucristo el Señor de nuestras vidas:
En PRIMER lugar, debemos ACERCARNOS a Dios.
Como creyentes tenemos que vivir en constante contacto con Dios nuestro Señor, debemos vivir en una constante comunión con ÉL. No basta con buscarle, tenemos que encontrarle y estar en intimidad con ÉL.
Dios mismo nos asegura un encuentro con ÉL: “Amo a todos los que me aman. Los que me buscan, me encontrarán. (Proverbios 8:17 NTV)
En SEGUNDO lugar debemos OIR LA PALABRA de Dios para fortalecer nuestra fe.
Este punto esta íntimamente relacionado con el anterior. Ya hemos estudiado acerca de la importancia de nuestra fe para encontrarnos y conocer más y más de Dios. La Palabra misma nos dice en Hebreos 11:6 que el que se acerca a Dios debe creer que le hay!!!
Pero cómo viene la fe a nosotros, cómo podemos hacer que nuestra fe crezca, cómo podemos hacer que nuestra fe se fortalezca poderosamente? Oyendo la Palabra. Romanos 10:17 (NVI) nos dice “Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.”
Y en TERCER lugar debemos testificar como HACEDORES DE LA PALABRA de Dios.
Dice la Palabra en Santiago 1:22 (RV60) “Pero sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.”
Así es. No basta con solo oír la Palabra. No. Todos tenemos la libertad de acercarnos al Señor, a TODOS se nos ha dado la Palabra, pero lo que marca la gran diferencia es si realmente la estamos poniendo por obra, es si realmente se ha hecho carne en nosotros.
A lo largo de nuestra vida se nos ha enseñado que el ir cada domingo a la iglesia para oír la Palabra es suficiente. Bueno, eso dice la tradición. Pero lo que realmente quiere Dios nuestro Señor es que la pongamos en práctica!!! Cuando nosotros estamos en intimidad con Dios y estamos atentos a Su voz, entonces ÉL obra en nuestro corazón, viene la FE a nosotros y, consecuentemente, somos transformados para la gloria de Cristo Jesús.
Cuando somos transformados de esa manera, es cuando realmente estamos haciendo a Cristo como nuestro Señor y Salvador de nuestras vidas.
Y eso solo sucede cuando Su Palabra ha quedado guardada en lo más profundo de nuestro corazón.
Y eso solo sucede cuando Su Palabra ha quedado grabada en lo más profundo de la médula de nuestros huesos.
Y eso solo sucede cuando nuestra vida ha quedado bien cimentada sobre la Roca: JESUCRISTO.
Ninguno de nosotros estamos exentos de malas situaciones, problemas, pruebas, enfermedades, infidelidades, desempleo, etc., pero cuando nuestra vida tiene como fundamento a JESUCRISTO, entonces viene a nosotros una inexplicable paz y una inexplicable fortaleza para soportar lo que sea. Somos como palmeras que cuando vienen fuertes vientos y grandes tempestades somos sacudidos de un lado a otro, pero nunca podremos ser arrancados de aquellas raíces de paz y amor que solo Cristo tiene!!!
Y lo que les comento no son alegres palabras, no, es una promesa de Dios para nosotros: “Pues ÉL me ocultará allí cuando vengan dificultades; me esconderá en su santuario. Me pondrá en una roca alta donde nadie me alcanzará.” (Salmos 27:5 NTV)
Los tiempos actuales son tiempos violentos, son tiempos de escases, son tiempos de crisis, son tiempos de guerras, son tiempos de epidemias, son tiempos verdaderamente adversos, y cada vez se ponen peor, pero si nosotros construimos nuestra vida, nuestro hogar, nuestra familia y nuestro trabajo en ROCA FIRME, con toda seguridad saldremos ilesos, porque JESUCRISTO vino a que tengamos vida, y vida en abundancia, porque tenemos Sus promesas:
“Espero en silencio delante de Dios, porque de ÉL proviene mi victoria. Solo ÉL es mi roca y mi salvación, mi fortaleza donde jamás seré sacudido. (Salmos 62:1-2 NTV)
“Pues ¿quién es Dios aparte del SEÑOR? ¿Quién más que nuestro Dios es una roca sólida? Dios me arma de fuerza y hace perfecto mi camino. Me hace andar tan seguro como un ciervo, para que pueda pararme en las alturas de las montañas. (Salmos 18:31-33 NTV)
Dios les llene de infinita fortaleza en Cristo Jesús.
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