“El SEÑOR cumplirá su propósito en mí; eterna, oh SEÑOR, es tu misericordia; no abandones las obras de tus manos.”
En esta Palabra del día de hoy podemos entender el grande interés por parte de Dios nuestro Señor para que conquistemos el propósito que ÉL tiene para cada uno de nosotros.
Cada minuto que pasa en nuestra vida es un minuto que no podremos recuperar. Nosotros necesitamos luchar por alcanzar nuestro propósito, el propósito que tiene preparado Dios para cada uno de nosotros. Sin duda alguna la vida se va demasiado rápido, la vida es una cadena de eventos con sus consecuencias, buenas o malas, según las correctas o equivocadas decisiones que tomemos a lo largo de nuestra vida.
Hay muchos jóvenes (hombres y mujeres) que no están luchando por su propósito, hay muchos jóvenes que realmente no saben cuál es el destino a donde Dios los quiere llevar. Para llegar a cumplir el propósito de Dios, nuestros jóvenes necesitan despertar de su letargo, necesitan salir de su zona de confort, necesitan ocuparse (no preocuparse) por su formación profesional, por prepararse mental y físicamente para poder cumplir cabalmente el propósito de Dios.
Desafortunadamente hay jóvenes que han perdido mucho tiempo soñando en lugar de actuar, en lugar de accionar. Nuestros jóvenes deben tener claro que son una nueva generación que necesita moverse y actuar en fe, porque orar bonito y leer la Biblia no es suficiente. Necesitan prepararse, estudiar idiomas, especializarse en un oficio, carrera técnica o profesión, para poder desempeñar en su oportunidad el papel de esposos y esposas, de papás y mamás.
La falta de dinero no es un impedimento para estudiar una carrera universitaria o una carrera técnica. Si ustedes jóvenes actúan en fe creyendo que Dios va a abrir puertas, traer los recursos o crear las circunstancias para que ustedes puedan estudiar, indudablemente Dios lo hará.
Hoy en día los jóvenes no desarrollaron su inteligencia haciendo lo correcto, la utilizan en cosas vanas y sin provecho, por lo que entonces el enemigo les empieza a llenar la cabeza de inmundicia.
Mis queridos jóvenes lean esto: o llenan su cabeza de cosas útiles, o el enemigo se las llenará de cosas inmundas. Dios les dio una cabeza para que desarrollen inteligencia, creatividad, sabiduría y responsabilidad. Si no ocupan su cabeza en estas cuatro cosas, entonces el enemigo se la va a llenar de inmundicia.
Los jóvenes cristianos, no por religión sino por ser seguidores de Cristo, deben ser los jóvenes con mayor preparación, los que deben tener mayor criterio y responsabilidad.
Hoy en día vivimos bajo la gracia. Jesucristo no vino a abrogar la Ley de Dios, por el contrario, ÉL vino a hacer que se cumpla pero a través del perdón de nuestros pecados y su infinito amor y misericordia. Jesucristo vino a quitar el juicio y condenación que traía la ley en el Antiguo Testamento, para que por Su bendita y maravillosa gracia podamos ser obedientes a Dios nuestro Señor y ser salvos.
Jóvenes, Dios les está dando la oportunidad de que den testimonio de todo lo que han aprendido del Maestro, del Rabí de Galilea. Dios no se complace con el que es necio. Ustedes como jóvenes tienen que ser responsable con lo que tienen enfrente: la Palabra de Dios. ÉL les da Su Palabra para que la practiquen y no para que la tomen en poco.
“¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo conforme a tu palabra.” (Sal 119:9 NVI)
Recordemos la manera en que se levantó un joven llamado Samuel. Este joven fue fruto de la oración de su madre Ana. Si ustedes no oran a Dios no va a pasar nada con su vida; ustedes son fruto de la oración. Tal vez han tenido frustración en su relación con Dios porque a pesar de leer todos los días la Biblia no pasa nada. Ojo, Dios no busca religiones ni sacrificios. Dios solo quiere que ustedes tengan una relación genuina con ÉL, que la disfruten, pero sobre todo que esa comunión con Dios se vea reflejada en cada cosa que ustedes hagan.
Cuando uno deja que su relación con Dios se enfríe, uno vuelve a un estado peor que el teníamos. Volviendo a la historia de Samuel, recordemos que él lucho por su destino, él lucho por que el propósito de Dios se cumpliera en su vida. Eli era el líder de Samuel y aunque no era testimonio para él como líder y como padre, Samuel creció delante de Dios.
Si eres una persona llena de complejos, no vas a alcanzar tu destino o tu propósito. Jóvenes, luchen por su destino, luchen por crecer delante de Dios. Lo que Dios hizo por ustedes a través de Jesucristo Su Hijo debe ser suficiente para que ustedes busquen agradar a Dios. No pueden perder ni un minuto de su vida en carnalidades. Oren con la actitud correcta, pasen tiempo efectivo orando a Dios. Usen todo su potencial en hacer la obra de Dios, usen su creatividad para hacer cosas que llamen la atención de otros jóvenes, de aquellos que no han tenido el privilegio de ser llamados hijos de Dios.
Dios les bendiga grandemente.
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