Génesis 35:11 NTV
«Entonces Dios dijo: «Yo soy El-Shaddai, «Dios Todopoderoso». Sé fructífero y multiplícate. Llegarás a formar una gran nación; incluso, de ti saldrán muchas naciones. ¡Habrá reyes entre tus descendientes!»
Cuando Dios nos da algo es para siempre, pero el punto es oír a Dios y disponer nuestra vida para ÉL, y para ello es necesario alejarnos de todo espejismo; entender que no necesitamos ser entretenidos, sino edificados en Su Palabra, porque si escuchamos su voz todos los días y obedecemos, entonces el favor de Dios es sobre nosotros para siempre.
Tenemos el ejemplo de Jacob, él sabía la importancia de la primogenitura, que no se trataba solamente de ser el mayor en una familia, sino que la primogenitura era fluir en el favor que Dios había colocado sobre esa casa y sobre el padre que Dios entregara esa primogenitura; al contrario de Esaú que lo tomó tan a la ligera, y nunca quiso entender de qué se trataba ese favor que Dios había colocado sobre su padre Isaac y sobre su abuelo Abraham; al punto que negoció su primogenitura por un plato de lentejas. La bendición de la primogenitura entonces vino sobre Jacob, y eso quería decir que la bendición estaría sobre él donde quiera que fuera, si estaba en la ciudad o en el campo, que gozaría de abundancia y prosperidad.
Aunque Jacob a punta de engaños había ganado su primogenitura, la valoró y entendió que tenía que huir de su propio hermano –Esaú-, a quien se la había robado y que seguramente cuando se diera cuenta de lo que había perdido, lo perseguiría hasta matarlo; razón por la cual huye y se va a refugiar con el hermano de su madre, su tío Labán.
Sin embargo, Jacob hizo un pacto con Dios y empezó a escuchar la voz de Dios y empezó a restituir a su hermano mientras estaba de camino, y le enviaba regalos y grandes ofrendas; por eso para arreglar nuestra situación tenemos que arrepentirnos de nuestros pecados y decidir cambiar delante del Señor; pero al igual que Jacob, entendiendo que si le hemos fallado a alguien, debemos restituir, debemos insistir, no creer que como ya pedimos perdón una vez, ¡ya cumplimos!; es necesario reconocer que si hemos ofendido a otro en varias oportunidades, igual hemos de pedir perdón y restituir; porque no hay corazón que pueda resistirse ante una actitud así.
Dios quiere marcar nuestra vida y nuestras próximas generaciones; y esto se nos va a notar en todo, porque gozar del favor de Dios es gozar de lo que es Dios: ÉL es nuestro proveedor, ÉL es nuestro sanador, ÉL es nuestro restaurador, ÉL es nuestro perdonador, ÉL es Quien pelea por nosotros.
Es necesario sacar todo “Jacob” de nuestra vida, porque de igual manera el Señor quiere bendecirnos grandemente igual que a muestras generaciones, y bendecir en gran manera todo lo que proceda de nosotros, porque vendrá con la bendición del Rey de reyes, y Señor de señores; porque ÉL da herencia perpetua para sus hijos.
Dios les bendiga grandemente.
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