Bendición de amor

>

Salmos 5:12 (NTV)

“Pues tú bendices a los justos, oh SEÑOR; los rodeas con tu escudo de amor.”

Dios sólo se manifiesta en aquellos que deciden agradecerle. Las cosas con Dios son por amor y convicción. Esta es la Palabra que Dios envía sobre su pueblo, por medio de la cual arranca toda maldición y establece, bendición.

Esta es una Palabra profética para el pueblo de Dios, Palabra sobre la cual van a fluir nuestros negocios, matrimonios y todo lo que hagamos.

Para ello necesitamos saber cuál es el plan de Dios para nosotros; porque ya no nos movemos en las cosas del mundo ni en ese temor por no saber qué nos depara el futuro.

Nosotros ahora entendemos que el Señor es nuestro Pastor y que con ÉL nada nos faltará, por tanto, al igual que Pedro –porque la pesca que él nunca había visto, la vio por creer en la Palabra-, ahora nosotros, confiamos en la Palabra que Dios hoy nos da.

Su Palabra nos abre las puertas a una dimensión de sobreabundancia, sanidad, éxito permanente, que el diablo por más que quiera no podrá impedirlo, porque como nos dice en el Salmo 23, el Señor nos prepara mesa delante de nuestros angustiadores; eso quiere decir que nada, ni nadie y menos el enemigo, nos podrá impedir que nos sentemos a la mesa del Rey a comer de sus manjares.

La Palabra que Dios nos envía abre una dimensión que antes no teníamos. Y es que lo que Dios va a hacer con nosotros está marcado, porque con Dios no es “un tal vez”, porque con ÉL es: “así es”.

La Palabra de hoy habla de los justos y el favor que Dios tendrá sobre ellos: “los rodeará con el escudo de su amor”.  Justo es aquella persona que se hace consciente de la realidad de que tiene el favor de Dios, y no sólo lo disfruta, sino que es consciente de que no tiene cualquier cosa, por tal razón hace las cosas de forma correcta, y entonces lo hace con excelencia; por tanto el favor de Dios estará en cada detalle de su vida y usted podrá disfrutar su matrimonio, su familia, su empresa, etc., y nada ni nadie podrá amargar su corazón, porque estarán rodeados del favor de Dios como un escudo, porque si hay fuerza, hay alegría.

Una persona justa celebra la Presencia de Dios; es la razón por la cual debemos aprender a celebrarlo, no siendo simplemente un religioso; por tal razón es importante levantarnos cada mañana y anunciar sobre nosotros y nuestra familia la Palabra de Dios, decretando cada una de las promesas de Dios en el Nombre de Jesús.

Debemos servirle apasionadamente a Dios. Para ello, es necesario dejar el orgullo, la soberbia, el estar criticando, la frialdad, la indiferencia y aprender a ceñirse la toalla para servir a otros, lavar los pies de aquellos que no conocen de Jesús. Seamos una iglesia que decide servirle a Dios apasionadamente, por eso no hay tiempo de pensar si le servimos a Dios o no, sino que es tiempo de actuar.

Debemos avanzar con valentía, sin quejas, siempre para adelante. Decidamos no quejarnos ni de nuestro cónyuge, ni de nuestros hijos o familia, ni de nuestra empresa, ni de nuestro ministerio, ni de nada de lo que tengamos que hacer, sino que debemos avanzar sin quejarnos, demostrando nuestra valentía para realizar grandes cosas. Las quejas nos restan fuerzas y tiempo, lo único que debemos hacer es avanzar y hacerlo con valentía.

Hay tanta bendición esperando por nosotros, que no tenemos tiempo para la queja, sino para avanzar; debemos callarnos y avanzar; porque el tiempo de la pasividad se acabó, el tiempo de la ruina se acabó.

 

Dios les bendiga abundantemente.

 

Recibe gratis en tu e-mail las reflexiones de El Principio.