Hebreos 11:6

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“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”

Hoy quisiera que nos refiriéramos al problema que tenemos muchos de nosotros cuando oramos a Dios para pedirle algo. Así es, muchos de nosotros batallamos mucho cuando se trata de pedir y para pedir se necesita FE. Es muy amplio el tema de la fe, por ello quisiera únicamente y de manera sencilla referirme a la fe y a nuestra actitud al pedirle a Dios.

Todos nacimos de manera natural, es decir, de nuestros padres, pero cuando estamos en Cristo, cuando lo hacemos nuestro Señor y Salvador, entonces nuevas criaturas somos, entonces nacemos de nuevo, y es cuando empezamos a hacer un traslado en nosotros de lo natural a lo espiritual. Así es. Esto sucede cuando, contrario a lo que hacíamos antes, empezamos a reconocer la existencia y mano de Dios en todo lo que llega o se va de nuestra vida, en todo lo que hacemos, en todo lo que nos rodea o en todas las “coincidencias” que empiezan a suceder alrededor nuestro.

En nuestra fe sucede lo mismo. Nuestra fe la ejercimos todos los días inicialmente en lo natural (sin saber que era fe) y la misma se va trasladando a lo espiritual. Permítanme darles un ejemplo para poder entenderlo:

Nosotros trabajamos todos los días para ganar un salario, un sueldo. Así es. Quienes trabajamos para una empresa o para un patrón lo hacemos con la seguridad de que semanalmente o el día de la quincena llegará nuestro sueldo, nuestro salario. Y ese sueldo o salario NOS DAN LA CERTEZA Y LA CONVICCIÓN de que obtendremos determinadas cosas materiales, así es, la despensa de la semana, ropa para nuestra esposa e hijos, muebles y enseres para nuestra casa, viajes para nuestras vacaciones, etc. NO HAY DUDA ALGUNA DE QUE ASÍ SUCEDERÁ. O NO?

En el aspecto espiritual sucede exactamente lo mismo. Si nosotros tenemos la certeza y convicción de que hay un Dios generoso y amoroso para darnos todo aquello que nos conviene, entonces aquello vendrá. Sin embargo, este aspecto espiritual de la fe es más arriesgado porque partimos de CERO, si, de la NADA. Hagamos de cuenta, utilizando el mismo ejemplo de arriba, que tenemos la CERTEZA Y LA CONVICCIÓN de que obtendremos determinadas cosas materiales, pero no tenemos un empleo fijo, sino que trabajamos por nuestra cuenta, sin un salario fijo, sin un sueldo fijo. Verdad que no es igual?

Como leímos arriba, la Palabra dice en Hebreos 11:6 que SIN FE es imposible agradar a Dios; porque ES NECESARIO que el que se acerca a Dios CREA QUE LE HAY, y que es GALARDONADOR de los que le buscan.

Es por ello que cuando en nosotros existe una FE PODEROSA, entonces Dios se goza en nosotros y nos colma de bendiciones, abundantes bendiciones, SIN TEMOR A EQUIVOCARME.

Nosotros hemos venido a ser gente responsable con nuestra familia para poderles proveer y satisfacer sus necesidades, pero nos preocupamos tanto por lo que tenemos y lo que no tenemos, que se nos ha olvidado que somos «hijos» y que también podemos recibir del Padre de todos nosotros.

Por ello estamos en aptitud de decir: “…aunque soy papá o mamá, no se me olvida que soy tu hijo o hija y te voy a pedir, Papá Dios”.

Recordemos lo que mencionamos arriba de que nosotros ejercemos la fe todos los días. Así es. AL PENSAR, DECIR y HACER todo lo que requerimos para poder llegar a tener todas las cosas que necesitamos. Nosotros necesitamos ejercer la fe para vestir, tener un techo y comida. Así nuestra fe se mantiene activa.

¿Pero qué pasa con aquellos que somos cabeza de familia cuando nos afanamos en el tema del trabajo para obtener lo que nos hace falta y dejamos a un lado nuestra fe en el Señor nuestro Dios?

Cuando actuamos así, lo que estamos haciendo es eliminar a Dios de nuestra vida y entonces cuando llegamos a momentos de crisis, lo que está activo en nosotros no es nuestra fe en Dios sino nuestro «yo», nuestro ego, nuestras fuerzas, lo cual no funciona en el mundo de la fe.

Permítanme decir algo que he pensado y comprobado en carne propia:

LA FE ES EL ACTO MÁS ARRIESGADO QUE PUEDA EXISTIR PARA EL SER HUMANO, POR ELLO NO CUALQUIERA LE ENTRA, pero cuando POR FE LE ENTREGAMOS A DIOS NUESTRA PERSONA, NUESTRA FAMILIA Y TODO LO QUE TENEMOS, Y LE CONFIRMAMOS CON NUESTROS ACTOS QUE ESTAMOS CIERTOS Y DE QUE TENEMOS LA CONVICCIÓN de que HAY UN DIOS MARAVILLOSO para GUARDAR Y COLMAR DE BENDICIONES A SUS HIJOS, entonces DIOS EN SU AMOR Y FIDELIDAD EMPIEZA A CUMPLIR SUS PROMESAS.

Todas y cada una de las cosas que hacemos los seguidores de Cristo necesariamente debieran bendecir a alguien. Si. Cuando Cristo está en el centro de nuestra vida, necesariamente debiéramos ser instrumentos de bendición para la gente, por NUESTRA FE EN DIOS. La fe en Dios se ve, la fe en Dios se siente, la fe en Dios se vive. Creámoslo!!!

Dios les bendiga grandemente.

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