Santiago 4:7-10
“Someteos, pues, a DIOS; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a DIOS, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del SEÑOR, y él os exaltará.”
El diablo es real, eso es verdad; y tiene poder, eso también es real. Pero nosotros tenemos una ventaja, tenemos a alguien que tiene mas poder y que en ÉL somos más que vencedores, Dios. ÉL nos ayuda en momentos difíciles; cuando lloramos, nos da consuelo; cuando estamos frustrados, nos da la paz que sobre pasa todo entendimiento; y cuando pensamos que estamos al borde de la muerte; cuando pensamos que somos inútiles en esta vida o no tenemos valor, Dios nos recuerda que tenemos un valor tan grande que hasta ÉL dio su vida por nosotros.
La tentación es una de las armas mas grandes del enemigo, las usa para alejarnos de Dios y de su gran recompensa. El diablo puede usar cualquier cosa para tratar de alejarnos de ÉL. El diablo puede actuar en cualquier momento, e incluso puede usar a la gente, hasta puede usar a nuestra propia familia para que nos alejemos cada vez más de Dios.
Es por eso que tenemos que estar muy firmes en el Señor, tenemos que reforzar cada vez más nuestra relación íntima con Dios. Todos los días tenemos que pedirle fuerzas al Espíritu Santo para resistir las tentaciones de este mundo.
Dios utiliza las tentaciones como pruebas para que demostremos lo fieles que somos a ÉL. Cuando nos alejamos de Dios, ÉL deja que la tentación llegue a nuestra vida, pero también nos da una salida. Lo mejor que podemos hacer al estar en una tentación es pedirle ayuda a Dios, ÉL es el único que nos puede sacar de esas situaciones que parecen imposibles de superar. ÉL es el único que nos puede ayudar a salir adelante en este mundo lleno de pecado.
Dios nos prueba todos los días. ÉL prueba cada área de nuestra vida. ÉL quiere ver qué tan pacientes somos, qué tan honestos somos, qué tan humildes somos, pero especialmente qué tan FIELES somos.
Unas de las cosas que más quiere Dios es que nunca, NUNCA, nos olvidemos o nos apartemos de ÉL. Dios quiere estar con nosotros, siempre lo está y siempre lo ha estado. ÉL quiere que lo amemos y que le obedezcamos a ÉL y a Su Palabra.
Cuando todo parezca perdido, recordemos que Dios esta ahí para darnos una salida. Recordemos que podemos confiar en ÉL, que ÉL tiene control de todo lo que pase en nuestra vida.
No importa lo que pase, alejarnos del Señor es lo peor que podemos hacer. Porque si nos olvidamos de ÉL ¿Quién será nuestra ayuda en los momentos difíciles?
Dios los bendiga.
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