Salmos 139:23-24 (NTV)
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna.”
La madrugada de hoy nuestro Señor Jesucristo trajo a mi mente este versículo, y reflexionaba que todos tenemos cosas en nuestra vida que necesitan ser cambiadas; que en nosotros hay formas y maneras que traemos en nuestros genes y que se han transmitido de generación en generación.
Estamos tan acostumbrados a ser de tal forma que pensamos erróneamente que el camino por el que andamos es el correcto, porque según nosotros no le hacemos mal a nadie y nos consideramos muy buenas personas.
Lo cierto es que cuando conocemos a nuestro Señor Jesucristo, dice la Palabra que somos nuevas criaturas, esto es nacemos de nuevo, entonces lo que debería estar en nosotros es el ADN de nuestro Señor Jesucristo; sin embargo, no es así. No se trata de magia, pues necesitamos poner de nuestra parte para cambiar y quitar toda actitud, costumbre o maneras generacionales que NO le agradan a Dios.
“Examíname o Dios y conoce mi corazón” dice la Palabra, que engañoso es el corazón. ¿Quien lo conocerá? Ni nosotros mismos conocemos lo que tenemos dentro, somos tan cambiantes o volubles que un día odiamos y otro amamos; solamente Dios sabe lo que hay en nosotros.
“»El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es? Pero yo, el SEÑOR, investigo todos los corazones y examino las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones».” (Jeremías 17:9-10 NTV)
Continúa diciendo la Palabra “Pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan”, lo cual significa que Dios nos pasa por un control de calidad por el cual ÉL sabe si estamos hablando o actuando mal. Ante el mundo podemos aparentar ser de tal manera, pero solo Dios sabe lo que hay en nuestra mente y corazón.
“El SEÑOR conoce los pensamientos de la gente; ¡sabe que no valen nada! Felices aquellos a quienes tú disciplinas, SEÑOR, aquellos a los que les enseñas tus instrucciones.” (Salmos 94:11-12 NTV)
Y finalmente la Palabra cierra con “Señálame cualquier cosa que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna”. Aquí estamos reconociendo ante nuestro Señor Jesucristo que estamos mal, que le necesitamos, que nuestro deseo es no ofenderle aun inconscientemente.
“Muéstrame la senda correcta, oh SEÑOR; señálame el camino que debo seguir. Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza.” (Salmos 25:4-5 NTV)
Hay cosas que hacemos que NO son agradables a los ojos de Dios y no nos estamos dando cuenta, razón por la cual debemos estar siempre en un encuentro personal con nuestro Señor Jesucristo.
Nos rendimos ante el Señor Jesús, reconocemos que somos pecadores, somos examinados por ÉL, lava nuestro corazón, nos libera de todo pensamiento que No Viene de ÉL, entonces nos muestra en lo que estamos mal y nos limpia de todo aquello que impide el fluir de sus bendiciones en nuestra vida.
“Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.” (Proverbios 3:6 NTV)
Solo a los pies de Jesús, encontraremos, seguridad, sanidad , libertad y bendición.
Dios les bendiga grandemente.
Erika
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