¡Escucha al Señor!

>

Isaías 43:1-3a (NTV)
“Pero ahora, oh Jacob, escucha al SEÑOR, quien te creó.
Oh Israel, el que te formó dice:
«No tengas miedo, porque he pagado tu rescate;
te he llamado por tu nombre; eres mío.
Cuando pases por aguas profundas,
yo estaré contigo.
Cuando pases por ríos de dificultad,
no te ahogarás.
Cuando pases por el fuego de la opresión,
no te quemarás;
las llamas no te consumirán.
Pues yo soy el SEÑOR, tu Dios,
el Santo de Israel, tu Salvador…”

La palabra de Dios esta llena de grandes promesas y para muestra la Palabra del día de hoy. Las aguas, los ríos y el fuego mencionados en el versículo de hoy se refieren a los problemas que nos aquejan y si ponemos atención en la Palabra NO nos dice que NO pasaremos por dichas circunstancias, nos dice que pasaremos pero que DIOS estará con nosotros en todo momento.

No podemos evitar que a lo largo de nuestra vida nos veamos en alguna situación en la que sentimos que nos ahogan tantos problemas, o que nos consumen como el fuego la tristeza y la depresión. Muchas de las situaciones por las que pasamos rebasan nuestras fuerzas, o más bien nos quitan todas las fuerzas; un ejemplo, las enfermedades, vaya que si, vaya que cómo menguan nuestro ser. Y qué podemos decir de los problemas económicos, cómo lastiman y destruyen relaciones.

La Palabra de Dios es como un cofre lleno de grandes tesoros y está a nuestro alcance. Depende de nosotros abrirla y tomar todo lo hermoso ahí guardado, tomarlo a través de nuestra fe haciendo nuestras cada Palabra y Promesa de nuestro Dios.

¿Cómo podemos hacerle frente a toda situación adversa si no conocemos la Palabra de Dios? ¿Cómo podemos llenarnos de esa paz que sobrepasa todo entendimiento si no vamos a la fuente de paz y vida que es la Palabra de Dios?

Nuestro único sustento y protector es nuestro señor Jesucristo.

“Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?” Mateo 8:24-27(RVA)

Ya hemos visto en este pasaje un claro ejemplo de la Palabra de Dios; los discípulos estaban en medio de la tempestad y vemos que VINIERON A JESÚS Y CLAMARON A ÉL y entonces el Señor Jesús reprendió aquella tormenta y vino la cama. Jesús ya sabía lo que pasaba. ¿Entonces por qué no se levantó de inmediato y fue hacia ellos y calmó todo aquello? Porque Jesús estaba a la espera de que ellos le buscaran. Por supuesto, los discípulos ya conocían el poder de Jesús, ya le habían visto hacer milagros, por ello fueron a ÉL.

Cuando nosotros buscamos al SEÑOR estamos reconociendo que solo ÉL tiene el poder, dice la Palabra que antes de que le pidamos ÉL ya lo sabe de nuestra necesidad. A nuestro hermoso Dios le agrada que le busquemos y tengamos comunión con ÉL .

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6(RVA)

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” Jeremías 33:3(RVA)

Hoy el SEÑOR nos dice : ¡NO TEMAS, YO PAGUE UN PRECIO POR TI!

Hoy el SEÑOR nos dice: ¡YO ESTOY CONTIGO ¡todo pasara!

Hoy el SEÑOR nos dice: ¡YO SOY TU DIOS!

Dios les bendiga grandemente.

Erika.

Recibe gratis en tu e-mail las reflexiones de El Principio.