“¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. Manténganse firmes contra él y sean fuertes en su fe…”
Gran consejo el que recibimos hoy de parte de nuestro Dios. Hace poco transmitieron por la televisión un documental donde explicaban la forma en la que el león capturaba a su presa para alimentarse, y realmente es impresionante la sagacidad y agilidad con la que se mueve para después atacar con toda su fuerza.
Y al leer este versículo me recordó aquella imagen, aquel león moviéndose de manera sigilosa, con su pecho pegado al suelo en espera de que su presa se distraiga para atacar a matar.
Nosotros somos como aquella presa que esta siendo vigilada por el león. El enemigo, así como el león en la selva, busca a la presa mas pequeña, indefensa y distraída. Efectivamente, el diablo esta buscando a su alrededor quién esté distraído en sus afanes, en la fiesta del mundo, en sus amarguras y frustraciones. Todo ello no hace vulnerables y nos hace quitar la mirada de Aquel a quien debemos de estar orando en todo momento.
“Nunca dejen de orar.” (1 Tesalonicenses 5:17 NTV)
Después nos pasa como esa pequeña presa y no sabemos por donde, pero inesperadamente nos llega el golpe y entonces ese golpe nos hace aun más vulnerables.
No seamos presa fácil, no permitamos que nuestras familias sean presa fácil. ¡No!
Dios nos dio toda la armadura para cubrirnos y el arma para defendernos que es la Palabra de Dios.
Es por ello que el Señor nos exhorta a estar orando en todo momento. No bajemos la guardia, no desmayemos. Si el diablo no descansa, nosotros no tenemos porque descansar.
“Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.” (Santiago 4:7 NTV)
Porque también dice su Palabra que caerán a nuestro lado mil y diez mil a nuestra diestra y a nosotros no nos llegará, pero esto solo es posible si hacemos de nuestro Dios nuestro refugio, buscándole cada día, pidiendo Su protección y Su favor.
“Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.” (Efesios 6:18 NTV)
¡Oremos, oremos!
Los tiempos cada vez son más peligrosos, y vemos que el mundo se está corrompiendo cada vez más y más. El diablo no se presenta como lo vemos en las caricaturas, con cola y cuernos, sino que se presenta de la manera mas sublime posible.
Estemos alertas. Pidamos al Señor discernimiento para poder distinguir cualquier engaño.
¡La sangre de Cristo tiene poder y Dios nos ha dado la autoridad como sus hijos para hollar toda serpiente!
Dios les bendiga abundantemente.
Erika
Recibe gratis en tu e-mail las reflexiones de El Principio.