¡No dudes! (tercera parte)

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Génesis 3:1-5 (RV60)
“La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el SEÑOR Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer:
—¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto?
—Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto —contestó la mujer—. Es sólo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se nos permite comer. Dios dijo: “No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán”.
—¡No morirán! —respondió la serpiente a la mujer—. Dios sabe que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal.”

Continuando con nuestro estudio del día de ayer, no olvidemos que Satanás no descansa y constantemente está utilizando nuestras relaciones interpersonales para hacernos caer en duda. Así es, una persona que no conoce de Cristo no nos podría generar duda porque simplemente nosotros CONOCEMOS LA VERDAD, pero SI NO CONOCEMOS DE LA PALABRA entonces entra la duda en nosotros hasta porque pasa la mosca.

«Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.” (Oseas 4:6 RV60)

La duda jamás es sembrada por Dios. Satanás es quien siembra la duda y él es el que hace que tengamos duda, principalmente en nuestra fe, y para ello quiere sembrar duda sobre toda bendición de Dios, haciéndonos creer que nunca llegará; también quiere sembrar duda de la obra que Dios ha hecho en nuestra vida y del cambio que hemos tenido a través del tiempo en comunión con Dios.

¿Qué pasa cuando hay duda en nosotros?

Antes que exista la desobediencia a la Palabra de Dios, EXISTE PRIMERO LA DUDA. Si queremos ser honrados, primero debemos honrar a Dios, a nuestros padres, a nuestro cónyuge, a nuestros hijos, a nuestros Pastores, a nuestros líderes, pero SI HAY DUDA EN NOSOTROS, NUNCA HABRÁ HONRA.

Una persona con duda difícilmente ora, ya no busca tanto la presencia de Dios como lo hacía antes. Adán y Eva permitieron la duda y esto los privó del huerto del Edén.

CUANDO ACEPTAMOS LA DUDA en nuestra vida, NOS ALEJAMOS DE DIOS y LOS PROBLEMAS EMPEZAMOS A VERLOS MÁS GRANDES de lo que realmente son.

CUANDO ACEPTAMOS DUDA EN NUESTRO CORAZÓN, generamos juicio, crítica y desconfianza acerca de la bondad, efectividad y veracidad de Dios y de Su Palabra.

CUANDO HAY DUDA EN NOSOTROS somos insensatos porque nos falta sabiduría de lo alto. Dice la Palabra en Proverbios 1:7 que el principio de la sabiduría es el temor a Dios, y que los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

Si queremos quitar la duda de nuestra vida, debemos tener en cuenta TRES PRINCIPIOS FUNDAMENTALES:

1. APRENDER LA PALABRA. Necesitamos estudiar la Palabra de Dios y tenerla presente todos los días de nuestra vida. Es el fundamento de nuestras vidas, es el sano alimento de nuestras almas.

“Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un recordatorio. Escríbelos en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad.” (Deuteronomio 6:6-9 RV60)

2. CREER LA PALABRA. En pocas palabras: FE. Podemos conocer la Palabra de Dios, es más, podemos aprendérnosla de memoria, pero si no creemos en la Palabra de Dios DE NADA SIRVE.

“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Romanos 10:17 RV60)

“De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.” (Hebreos 11:6 RV60)

3. OBEDECER LA PALABRA. Lo que nos bendice es la obediencia a Dios. Ya habiendo APRENDIDO Y CREÍDO la Palabra de Dios, NOS LLEVA A SU CUMPLIMIENTO POR AMOR A DIOS Y POR CREER EN SU HIJO JESÚS. Entre más nos tardemos en ser obedientes, más nos tardaremos en recibir la bendición.

“Sabemos que amamos a los hijos de Dios si amamos a Dios y obedecemos sus mandamientos. Amar a Dios significa obedecer sus mandamientos, y sus mandamientos no son una carga difícil de llevar. Pues todo hijo de Dios vence a este mundo de maldad, y logramos esa victoria por medio de nuestra fe. ¿Y quién puede ganar esta batalla contra el mundo? Únicamente los que creen que Jesús es el Hijo de Dios.” (1 Juan 5:2-5 RV60)

NO PERMITAMOS entrar la duda a nuestra vida.

La duda ES SINÓNIMO DE IGNORANCIA DE LA PALABRA.

La duda ES SINÓNIMO DE FALTA DE FE.

La duda ES SINÓNIMO DE DESOBEDIENCIA A DIOS.

Fortalezcamos nuestro espíritu, fortalezcamos nuestra alma, permitamos que se haga carne en nosotros la Palabra de Dios para bendición nuestra, para bendición de nuestra familia.

Dios les bendiga grandemente.

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