“Pero Caleb trató de calmar al pueblo que se encontraba ante Moisés.
—¡Vamos enseguida a tomar la tierra! —dijo—. ¡De seguro podemos conquistarla!
Pero los demás hombres que exploraron la tierra con él, no estuvieron de acuerdo:
—¡No podemos ir contra ellos! ¡Son más fuertes que nosotros!”
Es un hecho irrefutable que a lo largo de nuestra vida habrá problemas, por lo que resulta de gran importancia identificar cuáles
Además de saber identificar nuestros problemas, es indispensable aprender a lidiar con las preocupaciones. Hay quienes se preocupan en el trabajo para poder ganar dinero y pagar su hipoteca (¿problema?), pero también hay quienes se preocupan porque su vecino se compró un coche nuevo y él no puede hacer lo mismo (¿problema?). Indudablem
Por ello hagámonos esta pregunta: ¿Realmente tenemos un problema o nuestra forma de pensar o de ver las cosas son las que están causando que se genere un problema?
Dios me ha enseñado que en esta vida todo tiene solución, y muchos dirán “menos la muerte”; pues no, permítame decirles que hasta eso tiene solución, porque con Cristo aseguramos la vida eterna, porque con Cristo morir es ganancia.
“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Filipenses 1:21)
El gran tema es que debemos pedir sabiduría y paz de Dios para poder discernir y entender cuál es la verdadera magnitud de la situación que tenemos en frente. El tamaño del problema lo determinamos nosotros: o decidimos actuar y tomarlo en nuestras manos para ponerlo delante de Dios o de plano lo hacemos más grande de lo que realmente es y nos agobiamos y preocupamos.
En nuestra vida existen inconvenientes o problemas de diferente índole: espirituales, físicos,
Yo los invito a que identifiquemos el origen del problema o problemas que tengamos enfrente de nosotros, empezando por examinarnos a nosotros mismos.
Muchas veces culpamos al enemigo de nuestros problemas, cuando realmente nosotros somos la causa de los mismos. Recuerdo una persona que llegó a pedirme un consejo porque su negocio no iba bien, a pesar de que diezmaba y ofrendaba fielmente en su iglesia, a pesar de que se esforzaba por ser un buen padre y un buen esposo. Cuando le pedí me explicara la forma en que llevaba su negocio, inmediatamente ambos llegamos a la conclusión de que la honestidad y excelencia por parte de él no eran cualidades que aplicara en su trabajo. Fue fácil identificar el problema. En el caso particular, como le expliqué a esta persona, Dios no le iba a prosperar enviándole clientes para que los timara de esa manera, así de simple.
La Palabra de Dios es un poderoso manual que si seguimos fielmente nos llevará a un destino seguro, un manual que si seguimos al pie de la letra nos llevará a vivir confiadamente en el Señor nuestro Dios. Esa sabiduría que nos proporciona la Palabra de Dios debemos de aplicarla en la práctica en nuestra vida y lo que hacemos todos los días, a fin de poder identificar el origen de los problemas y su solución, porque es Palabra viva y eterna, porque es Palabra que no tiene fecha de caducidad, porque es Palabra de Dios.
Dios les bendiga abundantemente.
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