Apocalipsis 22:13 (NTV)
«Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin.»
Un año más que termina. Un año de pruebas, de difíciles pruebas. Un año de decisiones incorrectas como hombre. Un año de afanes. Un año de aflicciones. Un año de enfermedades. Un año de traiciones. Un año de…
Agreguen ustedes lo que me faltó anotar.
Un año de aprendizaje. Un año de decisiones correctas en Dios. Un año de sueños cumplidos. Un año de bendiciones. Un año donde Dios se glorificó en nuestra salud. Un año de lealtades fortalecidas. Un año de…
Agreguen ustedes lo que me faltó anotar.
Cada uno de nosotros podremos expresar lo que el año que quedó atrás nos dejó para bien o para mal. Muchos lo medimos por los éxitos obtenidos, otros por lo que aprendimos de nuestros fracasos. Es impresionante como precisamente en este día evaluamos lo bueno o malo que hicimos el año anterior, lo que nos propusimos y lo que logramos.
Ayer esperábamos con ansia llegase la noche para despedir un año que termina, pero más bien para recibir un nuevo año y celebrarlo con nuestra familia y amigos. Incluso, no dudo que muchos agradecimos a Dios por el año que pasó e, inclusive, oramos por el año venidero.
Es precisamente en este día donde ya contamos con una serie de propósitos personales, profesionales, familiares, académicos, laborales, de negocios, etc. Hoy nos levantamos con nuevos bríos de poder, ahora sí, cumplir y obtener lo que ya obra anotado y planeado en nuestra agenda para este año que empieza. Hay tanto por hacer.
“Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.” (Salmos 127:1 NVI)
Planeamos, soñamos, queremos, añoramos siempre bajo nuestras estrategias, bajo nuestras fuerzas, y se nos olvida que no se trata de nuestros planes, sino de los planes de Dios nuestro Señor.
Dios nuestro Señor nos dio lo más preciado por ÉL, para reconciliarse con nosotros, pero desgraciadamente lo olvidamos. Creemos que con ir a la iglesia cada domingo es suficiente. Creemos que con orar antes de los alimentos es suficiente. Creemos que orar antes de dormir es suficiente. Creemos que con servir en la iglesia es suficiente. Desafortunadamente no es así.
Se nos olvida que ¡CRISTO ES SUFICIENTE!
Estar convencidos y ciertos de que Jesucristo es suficiente no significa dejar de hacer o poner en segundo lugar lo antes mencionado. ¡Claro que no!
Significa poner nuestro corazón en Jesucristo nuestro Salvador. Significa ser discípulos de Cristo y caminar por nuestra vida predicando con el ejemplo. Decía ayer un siervo de Dios, significa hacer de Jesucristo LO PRIMERO, pero sin dejar de hacer lo que nos ocupa.
“En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no han podido extinguirla.» (Juan 1:1-5 NVI)
Jesucristo fue, es y será el origen de todas las cosas creadas por Dios nuestro Señor, máxime ÉL está por sobre todo aquello que queramos planear o lograr en nuestras fuerzas, en nuestros planes, en nuestros egoístas propósitos.
Cristo es suficiente porque no necesitamos de nada ni de nadie para reconciliarnos con Dios nuestro Señor.
Cristo es suficiente porque no necesitamos de nada ni de nadie para obtener nuestra salvación.
Cristo es suficiente porque no necesitamos de obras o sacrificios para ganar el favor de Dios nuestro Señor.
Cristo es suficiente porque no necesitamos de métodos, estrategias ni visiones de hombres para servirle a ÉL y ser instrumentos de bendición para su iglesia.
Cristo es suficiente porque ÉL es el fundamento de todas las cosas.
Simplemente, Cristo es suficiente porque ÉL es Dios.
Seamos diligentes, sí, para aquello que queremos realizar este nuevo año que empieza. Seamos sabios, sí, para planear nuestros proyectos para este año que empieza. Seamos excelentes en lo que hacemos, sí, PERO antes, hagamos de CRISTO LO PRIMERO. Sea CRISTO SUFICIENTE para nuestras vidas.
Dios les bendiga grandemente este año 2018. Feliz Año.
Recibe gratis en tu e-mail las reflexiones de El Principio.